Aunque la meditación es un arte milenaria, lo cierto es que no fue hasta hace poco que se pudieron comprobar sus efectos para la mente a través de un escáner cerebral. De esta forma se sugiere que la meditación zen puede ser muy útil para tratar el Déficit de Atención con Hiperactividad, los trastornos obsesivo-compulsivo, los problemas de ansiedad y la depresión mayor.
La meditación favorece una atención vigilante pero relajada, una focalización tranquila y sin sobresaltos donde se gana un gran insight, tanto de uno mismo como del mundo que nos rodea y de las relaciones interpersonales. No obstante, para valorar si este estado realmente puede incidir a nivel cerebral los investigadores de la Universidad de Emory en Atlanta reclutaron a 12 personas que llevaban más de tres años practicando la meditación zen y otras 12 personas que nunca han realizado meditación.
A estas personas se les pidió que se focalizaran en su respiración mientras sus cerebros eran escaneados. Cada cierto tiempo se les solicitaba que miraran a una pantalla y distinguieran una palabra con un significado dentro de un cúmulo de palabras sin sentido. Luego se les pedía que volviesen a concentrarse en su respiración.
Los escáneres desvelaron que en las personas que practicaban con frecuencia la meditación zen se activaban zonas del cerebro conocidas como la “red por defecto”, que se ha relacionado con la mente errante y los pensamientos espontáneos. Cuando estas personas eran interrumpidas (para identificar una palabra) sus cerebros volvía rápidamente a activar la zona antes mencionada, en particular el giro angular (una región fundamental para el procesamiento del lenguaje).
De esta forma los investigadores concluyeron que la meditación zen realmente puede provocar cambios en la funcionalidad del cerebro, promoviendo la capacidad para limitar el número de pensamientos rumiativos y distractores.
Lo verdaderamente interesante según Pagnoni, el investigador principal, es que aunque los circuitos neurales de las funciones cognitivas superiores y del control del cuerpo son diversos, se ha demostrado que regulando el cuerpo podemos regular la mente. Por supuesto, centrar la atención conscientemente en nuestro cuerpo le permite al pensamiento vagar con menos ataduras.
Lo más positivo del estudio es que sus implicaciones prácticas son enormes, sobre todo para tratar todas aquellas enfermedades que están caracterizadas por pensamientos distractores e indeseados.
Pagnoni, G.; Cekic, M. & Guo, Y. (2008) “Thinking about Not-Thinking”: Neural Correlates of Conceptual Processing during Zen Meditation. PLoS ONE; 3(9): 1-10.
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