“No sólo te enfoques en la capacitación masiva, sino a la eliminación definitiva de todos los hábitos que disminuyen tu valor y tu productividad…”
La productividad se ha convertido en un tema de gran interés, el cómo incrementarla, el generar estrategias y todos los tipos de capacitación y técnicas alternativas para mejorarla, pero alguna vez te haz preguntado ¿Qué es lo que realmente entorpece u obstaculiza ser productivo?
Digamos que ya tienes los conocimientos, te actualizas constantemente, estás en el lugar adecuado realizando las actividades que requieres según tu puesto, brindando lo mejor de todas tus capacidades y, aún así no obtienes los resultados que habías fijado…
Una de muchas razones es que, tus hábitos personales trascienden todos tus objetivos profesionales, es decir, tu forma de “ser” de “actuar” de “pensar” y de “sentir” son parte clave de tus resultados en el ámbito de trabajo. Tu productividad disminuirá al tener un día difícil en casa, tu concentración no puede ser la misma si te sientes enfermo, cansado, triste, frustrado, porque todas las emociones tanto positivas como negativas son parte de ti, independientemente de que trabajes con tu inteligencia emocional o no, sigues teniendo algún tipo de reacción ante un evento externo y esta respuesta afectará tu desempeño laboral inevitablemente en medida de que no te trabajes en ello. Entonces, ¿Qué se puede hacer para modificar eso que te disminuye tu productivad?
IDENTIFICARLO
Suena muy sencillo que por identificar que es “eso que limita mi productividad” me permita por lo tanto, trabajar con esas consecuencias, ya sea un mal hábito, una mala actitud, un pensamiento limitante, una emoción negativa o nociva y dependiendo de dicha respuesta será el grado de responsabilidad, compromiso y conscientización para generar un cambio. Es importante mencionar que, solo es el primer paso para que puedas saber que es lo que te está deteniendo para obtener los resultados, las metas, la estabilidad y el éxito tan anhelado y que por nuestra forma de “ser” en lugar de caminar hacia nuestros objetivos es como si camináramos o bien hacia atrás o simplemente hacia una dirección opuesta a la productividad.
Por ese motivo, el mantener una mente abierta al cambio te permite que puedas darte el permiso y buscar todas las posibilidades y alternativas para mejorar como individuo para que de forma simultánea puedas crear resultados diferentes en la forma en como desarrollas y realizas todas tus actividades. En este aspecto la conscientización juega un gran papel: el de tomar la responsabilidad de tus acciones y por lo tanto, generar el compromiso para la mejora. Sin consciencia no hay espacio para el crecimiento ni personal ni profesional, ya que no existe la motivación correcta para primero aceptar que algo esta mal o que puedes mejorar o que puedes hacer de forma diferente, ni mucho menos el de integrar y reemplazar ya sea parte de tu personalidad, parte de la forma de reaccionar ante la gran cantidad de eventos fuera de tu control y no menos importante todas las creencias y expectativas que terminan creando más limitantes que impulsar la libertad y el crecimiento.
“No sólo te enfoques en la capacitación masiva, sino a la eliminación definitiva de todos los hábitos que disminuyen tu valor y tu productividad…”
Colaboración especial como Columnista en la sección de Capital Humano gracias a Mario Hernández de la Agencia bajo su mismo nombre y con página web: www.agenciamariohernandez.com, Ex colaborador de negocios en las revistas Expansión, Entrepreneur y Forbes Centroamérica. Reportero económico en los periódicos El Economista y Capital de México
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